Tercera reunión de la Mesa Negociadora en Correos, otra reunión inútil y bochornosa. El caos y el desorden negociador tienen siglas, nombre y apellidos
El pasado 20 de diciembre se celebró una nueva reunión de la Comisión Negociadora del IV Convenio para llevar a cabo la negociación que tiene por objeto lograr un consenso y un acuerdo social en torno a una serie de cuestiones prioritarias de gran repercusión económica que se están requiriendo por parte del Ministerio de Hacienda.
Tras la inasistencia a la reunión del pasado martes (posición compartida por Sindicato Libre y CSIF) por las causas que ya hemos explicado en anterior comunicado, UGT ha decidido asistir a ella tras recibir el jueves por la mañana un documento remitido por el presidente de Correos Sr. Saura recogiendo los términos propuestos por la empresa. Este sería un documento sobre el que trabajar el resto de sindicatos que no hemos tenido opción a tener una información – imprescindible en cualquier proceso negociador- pese a que ha hemos estado reclamando desde el primer momento.
Pero la buena voluntad del presidente Saura ha sido anulada nuevamente y hemos asistido a un nuevo capítulo del bochornoso proceso en que el director de Recursos Humanos ha convertido la negociación. La reunión ha devenido en un caos y un desorden de difícil explicación.
¡En qué cabeza cabe! Que el jueves por la mañana el presidente Saura mande un documento a UGT, SL y CSIF para restaurar la confianza en la voluntad negociadora de Correos y que el mismo día por la tarde, Recursos Humanos remita formalmente otro distinto para discutir en la reunión del viernes y que al día siguiente viernes se presente en la mesa un tercer documento como si no pasara nada. La locura disruptiva del Sr. Ramírez para promover un modelo sindical supremacista ha alcanzado límites inimaginables. El desguace postal ha dado paso a un experimento de desguace sindical que si alguien no pone cordura acabará mal. Muy mal.
En la reunión de hoy se pretendió que los sindicatos opináramos sobre un documento que desconocíamos el 62% de la representación. Pero he aquí que un sindicato planteó contrapropuestas a una propuesta de Correos que tenía escasas horas de vida. El bochorno era tal que UGT intervino para que constara en acta una protesta y la solicitud de que se aclarara a los miembros de la mesa si el documento que se presentaba era el de la tarde del jueves que se había sustituido por el de ayer enviado por Recursos Humanos y si el documento que se nos presentaba esta mañana era el borrador definitivo sobre el que los sindicatos presentes en la mesa tienen que presentar propuestas, contrapropuestas, contradicciones o peticiones de información.
UGT expresó una protesta formal porque se haya vuelto a utilizar en esta reunión la misma técnica que criticamos de la reunión del día 13. Una exposición de elementos de un documento que solo un sindicato parecía conocer y que fue la causa por lo que ni UGT, ni CSIF, ni SL asistimos a la segunda reunión.
Lo hemos dicho claramente, nos lo están poniendo muy difícil. La conclusión que sacamos de la primera reunión fue que el marco de negociación no tenía garantías mínimas, no era confiables y no se estaba respetando a la parte mayoritaria (62%) de la representación sindical. Pues hoy en la reanudación, tras una reunión perdida, se ha repetido. Tal parece que se están dilatando a propósito.
A pesar de todo este enjuague de la Dirección de Recursos Humanos hemos insistido en que por parte de quien corresponda se posibilite que se pueda trabajar para intentar encontrar el marco de entendimiento que Correos necesita.
UGT exige para ello un cambio sustancial en el tratamiento del diálogo y la negociación colectiva. Un diálogo social en el que las partes negociadoras, legitimadas, independientemente de su porcentaje representativo, tengan las garantías de trato equitativo y de respeto. La empresa es la principal responsable de construir una confianza negocial. Y no son tolerables las traspisondas que han aflorado finalmente después de meses de elaboración soterrada.
Las cuestiones que se van a abordar son muy complejas, complicadas y difíciles por la situación crítica de la empresa. UGT sabe bien de la necesidad de encontrar un camino que restaure Correos. Hemos pelado unitariamente con un sindicato llamado CCOO- que respondió lealmente durante cinco años al desafío- para evitar y neutralizar el desastre Serrano. Hemos trabajado después para aportar ante el Gobierno un proyecto de futuro para Correos (modelo SIEG). Por tanto, tenemos acreditada solvencia para decir lo que decimos y advertir del peligro. Solo el sentido común y la lucidez para rectificar pueden evitar el camino hacia la confrontación creado por el Director de Recursos Humanos.
Por drásticas que sean las medidas, se debe encontrar la manera de contraponer soluciones para que los trabajadores y las trabajadoras no sean los paganos. Porque en este rescate de Correos hay una deuda moral con los que han sufrido las consecuencias de los desmanes en la gestión. La dificultad no va a tirar para atrás a UGT. La empresa tiene que escuchar, tiene que atender a todos los sindicatos para buscar los equilibrios necesarios reconduciendo delirios supremacistas. El objetivo de salvar y recuperar Correos no puede dejar atrás a los trabajadores/as. Hay que devolverle la ilusión a un colectivo maltratado en los últimos años que ha demostrado una resiliencia admirable.
UGT es un sindicato negociador y responsable. En nuestra esencia está luchar hasta el final por conseguir los mejores acuerdos posibles. Pero para ello exigimos que se actúe con respeto, responsabilidad y transparencia. Queremos dialogar, pero desde una seriedad correspondida, sin juego sucio, sin trampa ni cartón. Lo contrario de lo que está sucediendo en Correos.
Tome nota quien corresponda, en Correos, en Sepi, en Hacienda y en el Gobierno.