FSP-UGT se suma a las advertencias sobre la salud que lanza hoy la Federación Europea de Sindicatos de Servicios Públicos. Los líderes políticos deben detener la creciente ola de comercialización de los servicios de atención médica, que está destruyendo la calidad de la atención y presionando cada vez más las condiciones de trabajo y la sostenibilidad de los servicios en toda Europa. Ese es el mensaje de una red de sindicalistas, colectivos ciudadanos, ONG y movimientos sociales, que salen a las calles en una serie de acciones planificadas en varias ciudades europeas este Día Mundial de la Salud. Activistas en Madrid, Barcelona, Zaragoza, París, Lille, Bruselas, Milán… van a elevar un mensaje simple: invertir en salud de calidad para todos; la salud no es una mercancía.
En una época de rápido envejecimiento de la población y aumento de las enfermedades crónicas y la demencia, la salud pública y la asistencia social necesitan una inyección vital. En lugar de ello, se han convertido en uno de los objetivos principales para los gobiernos decididos a recortar presupuestos a cualquier precio.
La introducción de las tasas y la retirada de la atención gratuita a algunas de las personas más vulnerables de Europa significa que millones de personas de todas las edades vivan sin acceso a una atención de calidad. Decenas de miles de profesionales de la salud han perdido sus puestos de trabajo; muchos más han visto sus salarios cortados y congelados. Un número creciente de trabajadores de la salud están abandonando sus países de origen en busca de mejores salarios y condiciones de trabajo en el extranjero.
Las presiones resultantes sobre el personal sanitario está alcanzando el punto de ebullición. En los últimos meses y años ha habido protestas de los trabajadores de salud en Croacia, Kosovo, Letonia, Polonia, Rumania y Eslovaquia. Los trabajadores de la salud están en huelga en Grecia hoy. Los trabajadores de los servicios públicos, la salud y otros cuidados también están en huelga en Lombardia: al igual que los trabajadores griegos exigen inversiones en la salud y la calidad de la asistencia social.
Las políticas de austeridad llevadas a cabo en varios países europeos a raíz de la crisis fiscal de la UE están presionando al sector de la salud pública hasta un límite inaceptable y obligando a traspasar servicios públicos esenciales a manos privadas.
Las políticas aplicadas por los líderes nacionales en el Reino Unido y España son quizás los ejemplos más evidentes de agresiva liberalización del mercado del sector de la salud. Pero el deseo de los proveedores comerciales de encontrar nuevas vías de negocio en el sector de la salud y el servicio social se ve facilitada por los propios marcos de política de la Comisión Europea.
De particular preocupación son las recientes negociaciones comerciales en acuerdos como TTIP, TISA y CETA, que podrían seguir propiciando que la asistencia sanitaria pase a la competencia privada, inversores financieros y compañías de seguros.
