Los perfiles de salud nacionales 2017, elaborados por la OCDE y el Observatorio Europeo de Sistemas y Políticas de Asistencia Sanitaria, en cooperación con la Comisión Europea, revelan el estado del Sistema Nacional de Salud de nuestro país en 2017.
Aunque el estudio está detallado según diferentes apartados, cabe destacar algunos comentarios sobre sus contenidos:
La esperanza de vida al nacer en España es la más elevada de todos los Estados de la UE, sin embargo, las tasas de tabaquismo entre los adultos son elevadas en comparación con la media de la UE, y las tasas de obesidad están creciendo en los adolescentes y adultos. Lo que supone un aviso para el estado de salud en el futuro.
Sobre el gasto sanitario público, “tras la crisis económica, se aplicaron una serie de medidas urgentes para reducir el gasto público en sanidad, especialmente reduciendo el alcance, la amplitud y la profundidad de la cobertura pública”. Así fue, con el pretexto de la crisis económica, se aplicaron una serie de medidas urgentes entre las que se encuentran las establecidas en el Real Decreto-ley 16/2012, que redujeron la cobertura pública y ampliaron y extendieron los copagos. Como consecuencia “El porcentaje de gasto directo ha aumentado desde 2009, suponiendo un 24 % del gasto sanitario total en 2015, un nivel mucho más elevado que la media del 15 % de la UE”.
Desde 2012, el sistema sanitario está coordinado a nivel estatal y descentralizado para la organización y la gestión de servicios sanitarios en las diecisiete CCAA. Se constatan diferencias regionales en cuanto al gasto sanitario, la oferta de médicos y otros trabajadores sanitarios, la atención sanitaria y los tiempos de espera.
Los tiempos de espera son un problema sin resolver en España. Antes de la crisis económica, sufrieron cierta reducción en los distintos servicios sanitarios, para después aumentar para algunas intervenciones quirúrgicas no urgentes, lo que supone estar por encima del nivel de otros países de nuestro entorno.
La variabilidad en la práctica clínica muestra grandes asimetrías en cuanto a uso de ciertas intervenciones quirúrgicas en España que no se explican por razones de necesidad. La utilización de protocolos y guías con criterios consensuados y orientaciones clínicas son una buena herramienta para que prevalezca la evidencia científica sobre la asistencia de escaso valor.
El número de camas hospitalarias ha descendido de forma constante, así como la duración media de permanencia en el hospital. Aunque para muchas intervenciones el uso de la cirugía ambulatoria ha aumentado, queda margen para el desarrollo de este tipo de cirugía, que por ser más eficiente permite liberar recursos.
Para los próximos años, será necesario un incremento del gasto en relación con el PIB, dedicado a la atención sanitaria y a los cuidados de larga duración, por casusa del envejecimiento de la población; así como el gasto necesario para la incorporación y el uso de las tecnologías. Al tiempo deberá mejorarse la eficiencia en las prestaciones y servicios sanitarios.
La mejora de las prestaciones y de la calidad de los servicios sanitarios son y deben ser el objetivo de un gobierno; los principales retos son la gestión de los recursos económicos y humanos para dar cobertura a los problemas de salud de la población. Desde UGT le exigimos al Gobierno que gobierno cumpla con su deber de gestionar los recursos tanto humanos como materiales de que dispone y dar respuestas a las necesidades relativas a los cuidados. De lo contrario se corre el riesgo de fracasar en la parte asistencial.