UGT y CCOO rechazarán cualquier intento de arreglar la “avería”, provocada por Serrano y consentida por el Gobierno, con el sacrificio del Correo Público y de su plantilla.
Reiteramos: primero, definición y financiación del modelo Postal Público; segundo, Plan Estratégico razonable; tercero, nuevo marco laboral blindando derechos y empleo, y ello, con la plena implicación del Gobierno.
El pasado sábado apareció publicada una noticia en el periódico ABC, en su sección económica, con un titular que rezaba “Saura prepara un ajuste de la plantilla de Correos ante su crítica situación” acompañado de unas informaciones, a nuestro juicio sesgadas, parciales o inciertas, que no se compadecen con lo ocurrido y expresado por la empresa y por UGT y CCOO en la Mesa Sectorial el pasado 25 de abril.
Comprendiendo que los titulares periodísticos buscan el lado más llamativo de la noticia como reclamo de la atención del lector, UGT y CCOO, ante el ruido y alarmismo provocado por el artículo, quieren hacer las siguientes aclaraciones:
Primero. Como se recoge en el artículo UGT y CCOO rechazan y rechazarán cualquier intento de resolver la quiebra financiera provocada por la nefasta gestión del presidente anterior, Juan Manuel Serrano, buscando como atajo a corto plazo continuar con el debilitamiento de Correos, su desmantelamiento y el ahorro de costes por la vía del ajuste de plantilla que se menciona en el titular. Por otra parte, al menos en lo que nos toca a ambos sindicatos, desmentimos rotundamente que, como afirma ABC, hubiera ningún plan de prejubilaciones en 2018 pactado con las OOSS.
Segundo. La situación crítica actual de Correos se debe principal y directamente a Serrano, a la cohorte de directivos que le bailaban el agua y a los sindicatos que firmaron acríticamente su plan de desguace en diciembre de 2021, permitiendo y aplaudiendo que la impericia del expresidente provocase una caída de actividad, de ingresos, de empleo y una merma patrimonial de la compañía pública sin precedentes en nuestra historia, colocándola al borde de la quiebra financiera. Pero también se debe a la pasividad del Gobierno que, durante los 5 años que Serrano estuvo al frente del hundimiento de la compañía, desoyó las denuncias de UGT y CCOO y miró para otro lado mientras Serrano despilfarraba el patrimonio de esta. Sería una inmoralidad que la solución a un problema derivado de la irresponsabilidad de otros (los ya apuntados más arriba) la tengan que asumir los trabajadores/as con un sacrificio inasumible.
Tercero. En ningún momento de la Mesa Sectorial del pasado 25 de abril, se mencionó Plan de prejubilaciones o de ajuste de plantilla alguno, sino que se invitó a los sindicatos a arrimar el hombro para sacar adelante la compañía sobre los principios de defensa de lo público, una gestión más ordenada y transparente, la defensa del empleo y los derechos y la no utilización de la precariedad como herramienta para construir el proyecto al que se nos invitó a los sindicatos, insinuándonos que el Gobierno estaba informado y, ahora sí, interesado en solucionar la crisis de Correos.
Cuarto. UGT y CCOO reiteramos nuestra disposición al diálogo sobre un nuevo proyecto que, en este orden, primero, defina el Modelo Postal Público que requiere nuestro país y su financiación, segundo, lo dote de un Plan Estratégico basado en una visión real de las capacidades y el potencial de Correos junto con un fuerte plan de inversiones, de diversificación e internacionalización, que nos vuelva a posicionar en condiciones óptimas en el mercado, y que contemple el diseño de una Banca Postal; y, tercero, un nuevo Marco laboral que, al menos, blinde los derechos, garantice el empleo, aplique las 35 horas y suba los salarios de las 50 mil personas que han sobrevivido al peor presidente de la historia.
Para finalizar, una última reflexión, que no un aviso. Si, como ya ocurrió con Serrano, existe un plan oculto para proseguir con el desmantelamiento y hundimiento de Correos, con la única ambición de ajustar la plantilla y, por extensión, los costes de la compañía para mayor gloria de quien se quiera poner una medalla y quedar bien con el gobierno o una parte de este, no tenemos nada más que aconsejarle que se lean bien las hemerotecas y se verá la nítida respuesta que tendrá por parte de UGT y CCOO. No somos partidarios de los terremotos laborales, como menciona el artículo, salvo cuando se nos empuje a ello deliberadamente.