No sabemos si es por efectos del calentamiento global o porque alguien no ha tenido mejor idea para distraer o fascinar al nuevo Presidente postal, que relanzar una vez más (ya fue publicado en los medios varias veces) la pseudo-innovadora idea se ensayar con drones el reparto en las áreas rurales difíciles (véase en http://www.europapress.es/economia/noticia-correos-prueba-drones-hibridos-envios-zonas-dificil-acceso-aisladas-20180810134525.html ).
Los drones tienen algo en común con los carteros. En Correos sirven para un roto y un descosido, dan juego tanto en los discursos políticos como en el marketing comercial. En un caso se proclama que los carteros son “el capital humano esencial para el desarrollo del servicio universal y de la empresa pública postal” y en el otro que los drones vienen siendo “el estandarte de la innovación tecnológica que permitirá hacer el reparto postal del siglo XXI con una eficacia y eficiencia incuestionable”
Noticia: “Rusia estrena su flamante drone postal de 20.000 dólares… y termina estrellándose contra una pared”(https://www.xataka.com/drones/rusia-estrena-su-flamante-drone-postal-de-20-000-dolares-y-se-termina-estrellando-contra-una-pared).
Seamos serios. Todos sabemos que el Correo del siglo XXI pasa por pensar, repensar y diseñar el futuro. Pero, no es menos sabido, que para llegar a utilizar drones que sustituyan a nuestros carteros, han de pasar muchas cosas, como la de probar y evaluar con garantía de seriedad y rigor la utilidad real de los aparatos, más allá de su utilidad de salir en la foto. Además, la escena nos es familiar, con una mano nos lanzan el dron cibernético como escaparate de la modernidad postal en zonas rurales mientras que con la otra mano se suprimen servicios rurales con carteros de carne y hueso, se diseñan macro-carterías , se rebajan los kilómetros, no se contratan ausencias….. El estropicio que se ocasiona a los ciudadanos y comunidades rurales afectadas es demoledor. Asturias y Galicia son un ejemplo elocuente del daño social que produce esta forma de gestionar.
Quien quiera aproximarse a la situación actual de Correos deberá tener en cuenta la incidencia de los siguientes aspectos. Una Ley Postal estancada en su desarrollo, necesario para garantizar, de una vez, la financiación del Servicio Universal. Una regulación laboral (Acuerdo y Convenio) paralizado desde el inicio de la crisis generando unos salarios devaluados por los ajustes del gobierno anterior. Un empleo desequilibrado con recorte de plantillas que afectan a la calidad y obligación del Servicio Postal. Limitaciones para poder hacer frente a los problemas que surgen debido a la incomprensión de los políticos concernidos en lo Postal durante los últimos años, añadiendo el abandono político de la SEPI que entorpeció el diseño de estrategias de diversificación, quedando al albur del Presidente saliente y de las ocurrencias del “estratega de turno”.
Por si era poco, enfrente tenemos la contumacia de esos nuevos enemigos del servicio público que no reparan en medios para decir medias verdades (grandes mentiras) contra Correos y con la complicidad inaceptable entre la patronal paquetera y la CNMC (ya les vale).
UGT cree que los drones pueden esperar. Mientras nadie nos demuestre lo contrario “más vale un cartero con una mano que cientos de drones volando”. Lo sensato sería sentarse y hablar, cuanto antes, todas las partes implicadas para poner soluciones y las bases de un plan serio, realista y viable. La opción no puede ser seguir paralizados a la espera, otra vez, del manido Plan Estratégico. A tal fin hacemos un primer llamamiento al nuevo Gobierno Socialista, especialmente a sus Ministros Postales- Fomento y Hacienda- así como al recientemente nombrado Presidente Postal. Debería ser posible hablar con seriedad y sin alharacas, desde el conocimiento de lo postal, con datos y con las razones y argumentos que asisten a cada parte. De entrada y por simplificar, podríamos decir que necesitamos menos drones y mas millones, además de otras soluciones, como la de materializar la Ley Postal elaborada por el gobierno socialista anterior y ralentizada/paralizada por el gobierno saliente. Quede claro, no se trata –solo- de pedir dinero. Pedimos dialogo, sentido común y los recursos adecuados, acabando con el abandono político de Correos de estos últimos años.
Un apunte. Los carteros (los sindicatos postales) tenemos una particularidad ligada al oficio. Caminamos pisando el suelo, a ras de tierra. Cuando nos equivocamos y tropezamos, solemos caer desde una altura razonable, nos curamos las heridas con poca ayuda (a veces sin tiritas) y nos levantamos para seguir aportando el esfuerzo y trabajo diarios, que es la base para que Correos sea lo que es y siga funcionando (según el CIS con eficacia y reconocimiento social) al servicio de 45 millones de personas. Por eso es difícil que, en nuestro caso, nos estrellemos desde las alturas como los drones. O como se estrellan algunas ocurrencias disfrazadas de innovación, con despilfarro de inversiones millonarias por cálculos “dronisticos” erróneos derivadas de tanta vanidad como desconocimiento de la realidad postal a la que va dirigida la ocurrencia. Estos experimentos son muy habituales por parte de los “paracaidistas” de la estrategia (técnicos ajenos a lo Postal) cuya habilidad para camelar al Presidente de turno es equivalente a su displicencia para disparar con pólvora ajena.
Tenemos que recordar que UGT, junto a otros sindicatos, tenemos un proceso de movilizaciones que llevamos meses desarrollando. Diciembre está cerca y el nuevo Gobierno tiene la oportunidad de hacer el esfuerzo que el anterior Gobierno (sus Ministros concernidos) no hizo, no quiso o no pudo, de poner oídos y sobre todo, de aportar solucione reales, a los problemas de Correos y sus 51.000 trabajadores.